Mi vecino ha cambiado su antiguo Renault Clio por un elegante Skoda, aprovechando los últimos días del plan PIVE. Cuando me percaté del nuevo vehículo aparcado en su puerta me pregunté si debería de haber hecho lo mismo. Una decisión importante pues como decía mi abuelo: “un coche es tan costoso como un hijo”. ¿Cómo sabemos si es el momento adecuado para hacernos con un nuevo coche?
Comprar un coche no es una decisión económica sencilla, ya que junto con la vivienda, es de las adquisiciones más caras que hacemos en la vida. A esto hay que sumarle su depreciación, pues tan sólo salir del concesionario pierde un porcentaje importante de su valor. Y lo más costoso es el mantenimiento, sobretodo cuanto más antiguo sea.
Por todo lo anterior debemos plantearnos cuándo es el mejor momento del cambio, ya que si esperamos mucho menor valor tiene el coche que sustituimos a la vez que suben los costes por averías. Pero si lo hacemos pronto, tampoco se amortiza lo que nos ha costado el vehículo, especialmente si lo hemos financiado. Buscar el equilibrio es la clave, pero siempre valorando todos los condicionantes.
Para recuperar el mayor valor posible a tu vehículo debes cambiarlo cuando entre los 2 y 5 años desde su adquisición. En este período todavía no es considerado un coche antiguo, no tiene grandes averías si no se le ha hecho muchos kilómetros y generalmente el fabricante no habrá lanzado un modelo más reciente de éste.
Contemplar si el vehículo supone un gasto elevado en combustible y si es más contaminante, pues se están dando casos de penalización a aquellos coches antiguos que contaminan más. El mundo del automóvil ha evolucionado y cada vez ofrecen mejor solución medio ambiental a la vez que suponen un ahorro al propietario en cuanto a consumo de diesel o gasolina. Con todo ello, a partir de 10 años, los ahorros y cambios hacen más rentable el cambio del coche.
Es muy importante analizar las averías si se ha sobrepasado un elevado número de kilómetros. Llegado ese momento es mejor cambiar de vehículo, aunque lo más probable es que se nos cierre el mercado de venta de segunda mano y tengamos que deshacernos de él en el propio concesionario.
La regla básica que no debemos olvidar es que si detectamos que el gasto del mantenimiento de nuestro coche se sube por las nubes, estamos en el momento adecuado para cambiarlo por otro mejor y más nuevo, para que no nos cueste más “el collar que el perro”.