Ahorrar energía es cuestión de “luces”

Las facturas de la luz nos traen de cabeza a todos. Sobretodo a partir de ahora que con la subida de las temperaturas nos hacemos adictos al aire acondicionado y olvidamos que éste suma y sigue en el contrato que tenemos con nuestra compañía eléctrica.

Si es que desde los últimos cambios en el sector eléctrico, no nos ponen nada fácil el ahorro energético, aunque hay algunos detalles que pasamos por alto, así que toma nota de estos consejos si quieres reducir al máximo lo que pagas por tu electricidad.

Lo primero de todo es analizar lo que pagas, es decir, el tipo de contrato que tienes establecido, por si estás pagando más de lo que utilizas. Es importante que tengas ajustada la potencia a tus necesidades, pues para qué quieres más si no lo precisas. Además debes platearte si te interesa una tarifa con discriminación horaria, ya que suponen un ahorro generoso en tu factura de la luz.

Utiliza regletas para apagar completamente los aparatos que no puedan apagarse del todo por sí mismos. Creemos que no están gastando luz y sí están aumentando el gasto energético, por lo que comprueba que los has desconectado por completo. Al igual ocurre con el tipo de bombilla que utilizas, debes cerciorarte de que empleas la adecuada a cada zona o ambiente para evitar gastos innecesarios. Te recomendamos que elijas las de bajo consumo porque además son duraderas en el tiempo.

En cuanto a los electrodomésticos es cuestión de que te habitúes a utilizar programas cortos de lavado en frío tanto en la lavadora como en el lavavajillas, o a pasar los alimentos congelados al frigorífico, no fuera de este, para que la nevera aproveche el frío que desprende.

Procura que el aire acondicionado no baje de los 25ºC y cuando tengas pensado salir de ese lugar, apágalo unos 30 minutos antes, de esta forma tu cuerpo empezará a adaptarse a la temperatura exterior, evitando resfriados.

Otro punto a tener en cuenta es a la hora de cocinar. Aprovecha el calor del horno o el de la vitrocerámica para cocinar varias cosas a la vez o una después de otra y apágalos un poco antes de lo necesario para que los alimentos se acaben de cocinar con el calor residual. Es fácil, solo tienes que acostumbrarte y tu bolsillo te lo agradecerá.

Por lo general, enciende solo los aparatos en el momento que vayas a utilizarlos, pues es una leyenda urbana lo de que gasta más al ponerlo en marcha que dejarlo encendido a menor velocidad.

 

Sobre el autor

Pavel Goldfarb

Director General de Servicios Financieros Gold. Si quieres saber más sobre mí entra en mi Google +

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